Mario Bojórquez

Extiendes tu mano para alcanzar por fin ese deseo
El gesto se repite y tu brazo se congela para siempre
Eres el Suplicante
El deseo se esfuma pero no la actitud
Reproduces sin saberlo una vieja postura

Las ciudades perdidas en su polvo
Siempre a las puertas tienen un mendicante
Que implora Piedad a los viajeros

Ellos no se conforman con gestos de bondad
Extienden eternamente sus manos
No para recibir el don
Sí para mostrar desprecio

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Como si aquel que fui
Se desdoblara y no
No fuera yo sino otro
El que surcó estos aires
Con su proa de vidrio
El que surcó y zarpó
Para enfrentar sin ojos
—Ojos desdibujados—
Una tenue memoria

*****

Así como el día pasado ya no vuelve
No volverás sobre tus propios pasos
A recorrer la senda abierta para ti
En el jardín que guarda tu memoria

Ni aun en despoblada fronda habrás de hollar
A ti debido el tránsito entre frutos de higo
De granadas, de flores a tus pies

Sólo eres hoy aquél que no querías

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Como el día
Así habrá de abrirse entre tus manos
La luz de lo que fuiste
En tu amargura

Recordarás la marca que han dejado
En tu piel
Las horas para siempre perdidas

En tu cansado corazón
Levantarás un túmulo
De toda esa tristeza

Y te dirás
Que no es afrenta saber en carne propia
En propia sangre
Dolerse en la aflicción

(M. Bojórquez. El deseo postergado. México: Círculo de Poesía Ediciones, 2018)