Salvador Díaz Mirón

Asonancias

Sabedlo, soberanos y vasallos,
      próceres y mendigos:
nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

Lo que llamamos caridad y ahora
      es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Y la Equidad se sentará en el trono
      de que huya el Egoísmo,
y a la ley del embudo, que hoy impera,
sucederá la ley del equilibrio.

Deseos

Yo quisiera salvar esa distancia,
ese abismo fatal que nos divide
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide.

Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes,
yo quisiera en el cielo de tus brazos
beber la gloria que en los labios tienes.

¡Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte,
para poder, como lo sueño a solas,
a un mismo tiempo por doquier besarte!

¡Yo quisiera se lino y en tu lecho,
allá en la sombra, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
y morir de placer al comprimirte!

¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisiera
llevarte en mí como la nube al fuego,
mas no como la nube en su carrera
para estallar y separarse luego!

¡Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte,
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte!

¡Aspirarte en un soplo como esencia
y unir a mis latidos tus latidos
y unir a mi existencia tu existencia
y unir a mis sentidos tus sentidos!

¡Aspirarte en un soplo del ambiente
y ver así sobre mi vida en calma
toda la llama de tu cuerpo ardiente
y todo el éter del azul de tu alma!

Audacia

Basta de timidez. La gloria esquiva
al que por miedo elude la pelea
y con suspiros lánguidos rastrea
acogido a la sombra de la oliva.

¡Sólo una tempestad brusca y altiva
encumbra la pasión y la marea,
y en empinados vórtices pasea
el abismo de abajo en el de arriba!

¡Oh, rebelde! ¡Conquista la presea,
goza de la hermosura inebriativa
y horror a los demás tu dicha sea!

¡Arrostra por la gracia la diatriba
y en empinados vórtices pasea
el abismo de abajo en el de arriba!

Ejemplo

En la rama el expuesto cadáver se pudría
como un horrible fruto colgante junto al tallo,
rindiendo testimonio de inverosímil fallo
y con ritmo de péndola oscilando en la vía.

La desnudez impúdica, la lengua que salía,
y alto mechón en forma de una cresta de gallo
dábanle aspecto bufo, y al pie de mi caballo
un grupo de arrapiezos holgábase y reía.

Y el fúnebre despojo con la cabeza gacha,
escandaloso y túmido en el verde patíbulo,
desparramaba hedores en brisa como racha

mecido con solemnes compases de turíbulo.
Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,
y el campo era figura de una canción de Tíbulo.

(S. Díaz Mirón. Nocturno peregrino. Poemas escogidos. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2013)