Mi amante
Mi amante lleva grabado,
en el empeine del pie,
el nombre de su adorado.
—Descálzate, amante mía;
deja tus piernas al viento
y echa a nadar tus zapatos
por el agua dulce y fría.
Desde alta mar
No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al puerto.
¡Qué dulce el agua salada
con su salitre hecho cielo!
¡No quiero sandalias, no!
¡Quiero ir descalzo, barquero!
No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al puerto.
Elegía
Yo te hablaba con banderas,
hija de la panadera,
la que siempre eras de pan
entre la grey marinera.
Me perdí en la tierra,
fuera de la mar.
Yo te hablaba, a los luceros,
con la luna del espejo
de una estrella volandera.
Fuera de la mar,
me perdí en la tierra.
Pregón
¡Encended los miradores
y apagad los candilejos
de los zaguanes, que pasa
la luna vendiendo amores
azules, rosas, bermejos!
¡Nadie salga de su casa!
¡Salid a los miradores
a comprar amor, que pasa
la luna vendiendo amores!
(R. Alberti. Marinero en tierra. La amante. El Alba del alhelí. Ed., introd. y notas Robert Marrast. Madrid: Castalia, 1972)