XII
El siglo deja ya su última huella;
Ahí donde marcan las leyes del tiempo
Precipita, llevando hacia la noche
Tus cuatro lustros, en el frío olvido.
¿Y tú? Si la vida es error, angustia,
Ira, ya mucho prolongaste tu hora;
Vive mejor, y con trabajos doctos
Ejemplos deja a quien te llame viejo.
Hijo infeliz y desolado amante,
Sin patria, áspero a todos y a ti mismo,
Joven de edad, pero arrugado el rostro,
¿Qué haces? Breve es la vida y largo el arte;
Quien realizar no puede grandes obras
Fama le den al menos libres letras.
X
Un día, si no he de seguir huyendo
De gente en gente, me verás sentado
En tu sepulcro, hermano, mientras llore
La trunca flor de tus gentiles años.
Sólo la madre en sus cansados días
Habla hoy de mí con tu ceniza muda;
En vano os tiendo las manos vacías;
Y sí de lejos saludo mis techos
Adverso el Númen siento, y los secretos
Afanes de tu vida atormentada;
Y también pido paz para tu puerto.
Esta esperanza de tantas me queda:
Gente extranjera, devolved mis huesos
Al seno entonces de la triste madre.
VI
Es justo, ya que pude abandonarte,
Que grite hoy a las olas agitadas
Que golpean los Alpes, mientras los vientos
Del Tirreno hoscos dispersan mi llanto.
Esperé, pues a largo exilio Dioses
Y hombres me llevaron entre perjuras
Gentes, lejos de ti que en la añoranza
Tristes pasas tus florecientes días,
Esperé que el tiempo, los hechos y estas
Rocas que ansioso atravieso, y los bosques
Eternos donde como fiera duermo,
Mi corazón sangrante aliviarían.
Vana esperanza! Amor me seguirá,
Poderoso, inmortal, hasta la muerte.
V
El día entero en largo incierto sueño
Gimo! Mas cuando llama la honda noche
Desde el cielo a los astros y a la luna
Y el aire frío se cubre de sombras,
Donde el llano es selvoso y más desierto
Ahí lento voy vagando, y una a una
palpo las llagas que la suerte adversa
Y amor y mundo en mi corazón abrieron.
Apoyo mi cansancio contra un pino,
O postrado donde truenan las olas
Con mis esperanzas hablo y deliro.
Mas por ti olvidando mortales iras
Y destino, hacia ti, mujer, suspiro:
Luz de mi vida, ¿quién te oculta a mis ojos?
(U. Foscolo. Los sepulcros, Sonetos y una oda. Ed. Alaide Foppa. México: Universidad Autónoma de Querétaro, 1983)