Carl Sandburg

Tal vez

Tal vez me cree, tal vez no.
Tal vez me case con él, tal vez no.
Tal vez el viento de la pradera,
el viento del mar, tal vez,
alguien en alguna parte, tal vez, podría decirlo.
Recostaré mi cabeza sobre su hombro
y si él me pregunta le diré que sí,
tal vez.

El vendedor de pescado

Conozco a un judío vendedor de pescado allá abajo en Maxwell Street con un
vocerrón como el viento del norte soplando sobre los maizales en enero.
Levanta los arenques delante de sus presuntos compradores con un júbilo igual al
del baile de la Pavlova.
Su cara es la de un hombre infinitamente feliz de vender pescado, infinitamente
feliz que Dios haya creado pescados, y compradores a los que poder gritar su
mercancía desde un carrito de mano.

New Hampshire otra vez

Recuerdo oscuras aguas de invierno,
recuerdo esbeltos abetos blancos,
recuerdo soñolientas colinas en el crepúsculo,
recuerdo haber cruzado en tren a todo lo largo de New Hampshire.
Recuerdo una estación llamada “Halcón”, y un frenero gritando a los pasajeros
“Halción, Halción”.
Recuerdo haber oído decir a los sacadores de oro que apenas sacaban suficiente
para el anillo de matrimonio.
Recuerdo un apuesto muchacho diciéndome que su padre recibe cartas con sólo
la dirección “Robert Frost, New Hampshire”.
Recuerdo un viejo irlandés diciéndome: “Tiene una cara de violín y todo el que
lo ve tiene que amarlo”.
Tengo un recuerdo, dos recuerdos, diez recuerdos; tengo un pequeño envoltorio
de recuerdos en un pañuelo.
Una estrella temprana acunada en la luna
un río oscuro con un puñado de estrellas aprisionadas.
Las luces de un automóvil subiendo una colina,
un tiro de caballos arrastrando un trineo cargado de leña,
un muchacho en esquís enderezándose tras un sopapo.
Recuerdos de uno en uno y uno en uno, cruzando en tren a través de New
Hampshire: tengo un pequeño envoltorio de recuerdos en un pañuelo.

Ventanilla

La noche desde la ventanilla de un tren
es una inmensa suave cosa oscura
cortada por rayas de luz.

Diez definiciones de poesía

Poesía es una proyección en el silencio de cadencias ordenadas a romper ese silencio con definidas intenciones de ecos, sílabas, longitudes de onda.
Poesía es el diario de un animal marino, viviendo en tierra, deseoso de volar en el aire.
Poesía es una serie de explicaciones de la vida, perdiéndose en horizontes demasiados rápidos para explicaciones.
Poesía es una búsqueda de sílabas para arrojarlas a las barreras de lo desconocido y lo inconocible.
Poesía es el teorema de un pañuelo de seda amarillo anudado con acertijos, encerrado en un globo de colores atado a la cola de una cometa volando en un viento blanco contra un cielo azul en primavera.
Poesía es el silencio y la conversación entre la raíz de una flor que se debate bajo la tierra y el soleado capullo abierto de esa flor.
Poesía es el aparejo de la paradoja de la tierra acunando la vida y luego sepultándola.
Poesía es una inscripción fantasma que dice cómo son hechos los arcoiris y porqué se van.
Poesía es una síntesis de jacintos y bizcochos.
Poesía es el abrir y cerrar de una puerta, que deja conjeturando a los que miran sobre lo que se ve por un instante.

(Antología de la poesía norteamericana. Comp. y trad. José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal. México: Siglo XXI Editores, 2016)