Ernesto Cardenal

Como latas de cerveza vacías

Como latas de cerveza vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y música de radios…
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

*****

La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche llegar a la frontera.
El nombre de ese hombre no se sabe.
Hay muchos hombres más enterrados en una zanja.
El número y el nombre de esos hombres no se sabe.
Ni se sabe el lugar ni el número de las zanjas.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche salir de Nicaragua.

*****

Salmo 5

Escucha mis palabras oh Señor
                                                  Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

                           Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Sus escritorios están llenos de planes criminales
                                                  y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes

Hablan con la boca de las ametralladoras
Sus lenguas relucientes
                                   son las bayonetas…

Castígalos oh Dios
                               malogra su política
confunde sus memorándums
                                                  impide sus programas

A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias ni en sus campañas políticas
                              tú lo bendices
Lo rodeas con tu amor
                                        como con tanques blindados

Estrella encontrada muerta en Park Avenue

Me despertaron los rayos
como un ruido de mudanzas y de rodar de muebles en un piso de arriba
y después como millones de radios
o de trenes subterráneos
o aviones de bombardeo
y parecía que venían todos los rayos del mundo
a los pararrayos de los rascacielos de Nueva York
y corrían desde la Catedral de St. John the Divine hasta el edificio del Times
          No nos hables Tú. No nos hables. Tú que moriremos
desde la torre de Woolworth hasta el edificio del Chrysler
y los relámpagos iluminando los rascacielos como fotógrafos
          Que nos hable Moisés.
          No nos hables. Tú que moriremos
“Debe haber muerto anoche como a las 3 a.m.”
dijo después el New York Times.
Yo estaba despierto entonces. Me despertaron los rayos.
El cielo constelado de apartamentos y de baños
las luces de legítimos e ilegítimos amores
y de los que rezan, o roban allá arriba una caja de hierro
o violan a una muchacha con un radio a todo volumen
o se masturban, o no pueden dormir
y los que se están desvistiendo (y sus cortinas que se corren)
Y el ruido de los Elevados de la 3ª Avenida
y los trenes que en la Calle 125 salen de la tierra
y nuevamente se hunden,
un autobús parándose y acelerando en una esquina
(bajo la lluvia), el grito, tal vez, de una mujer en el parque,
y el alarido de las ambulancias en las calles desiertas
o los rojos bomberos que no sabemos si corren al número nuestro
“…Su cuerpo fue encontrado por Max Hilton, el artista,
que dijo a la policía lo encontró en el piso del baño,
el dibujo del piso grabado en su mejilla mojada
y apretando aún en su mano un frasco de píldoras blancas,
y en el aposento un radio sonando a todo volumen
sin ninguna estación.”

Salmo 21

Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado?
Soy una caricatura de hombre
                                                el desprecio del pueblo
Se burlan de mí en todos los periódicos

Me rodean los tanques blindados
estoy apuntado por las ametralladoras
y cercado de alambradas
                                         las alambradas electrizadas
Todo el día me pasan lista
Me tatuaron un número
Me han fotografiado entre las alambradas
y se pueden contar como en una radiografía todos mis huesos
Me han quitado toda identificación
Me han llevado desnudo a la cámara de gas
y se repartieron mis ropas y mis zapatos
Grito pidiendo morfina y nadie me oye
grito con la camisa de fuerza
grito toda la noche en el asilo de enfermos mentales
en la sala de enfermos incurables
en el ala de enfermos contagiosos
en el asilo de ancianos
agonizo bañado de sudor en la clínica del psiquiatra
me ahogo en la cámara de oxígeno
lloro en la estación de policía
en el patio del presidio
                                          en la cámara de torturas
                                                                                             en el orfelinato
estoy contaminado de radioactividad
                                y nadie se me acerca para no contagiarse

Pero yo podré hablar de ti a mis hermanos
Te ensalzaré en la reunión de nuestro pueblo
Resonarán mis himnos en medio de un gran pueblo
Los pobres tendrán un banquete
Nuestro pueblo celebrará una gran fiesta
El pueblo nuevo que va a nacer

(E. Cardenal. Nueva antología poética. 6a. ed. México: Siglo XXI, 1987)