No hay tiempo para cambiar
No hay tiempo para cambiar
La mirada atrás
Es demasiado tarde
Mi dulce libro
Demasiado tarde para que los hombres
Se avergüencen
De lo que hacen
Con las llamas desnudas
Demasiado tarde para caer
Sobre mi espada
No tengo espada
Estamos en 2005
¿Cómo me atrevo a preocuparme
Por tantos quehaceres?
Oh dulce libro
Llegas demasiado tarde
No entendiste nada
De la poesía
Sólo trata de ellos
No de mí
Dimensiones del amor
A veces oigo cómo te paras de golpe
cambias de dirección
y vienes hacia mí
es como un crujido
Mi corazón salta para recibirte
para recibirte en el aire
llevarte de vuelta a casa
y reanudar nuestra larga vida juntos
Entonces recuerdo
las infranqueables dimensiones del amor
y me preparo
para las consecuencias de la memoria
y el anhelo
pero la memoria con su lista de años
se hace a un lado con elegancia
y el anhelo se arrodilla
como un ternero
en la paja del asombro
y durante el momento necesario
para mantener tu muerte viva
nos refrescamos
en nuestra mutua compañía eterna
Poema de Roshi
Siempre que escucho
El sonido embotado
En la noche profunda
¡Oh Madre!
Vuelvo a encontrarte.
Siempre que estoy
Bajo la luz
Del cielo inconsútil
¡Oh Padre!
Inclino la cabeza.
El sol se pone
Se disuelven nuestras sombras
Los pinos se oscurecen
¡Oh Cariño!
Debemos ir a casa.
Cuando el deseo descansa
Sabes que te estoy mirando
sabes lo que pienso
sabes que te interesa
soy muy hábil
olvidarás que soy viejo
salvo que quieras recordarlo
salvo que quieras ver
lo que le pasa al deseo
lo libre que se vuelve
su desvergonzada implicación en el amor
a cada mujer
y sus medias.
Cuando el deseo descansa,
dos personas le hacen señas
a lo lejos en una manta verde
(¿o son las flores del musgo?);
dos personas que le dicen adiós
estiradas como cosas
puestas a secarse
con tiernas sonrisas en sus
caritas redondas;
saludan con la mano al deseo
que descansa en primer término
en forma de una estribación, tranquilo,
devoto como un perro hecho de lágrimas.
En mis rezos pido valor
En mis rezos pido valor
Ahora que soy viejo
Para saludar al frío
Y la enfermedad
En mis rezos pido valor
En la noche
Para llevar la carga
Aligerarla
En mis rezos pido valor
Para el momento
En que llegue el sufrimiento y
Empiece su escalada
En mis rezos pido valor
Al final
Para ver llegar la muerte
Como una amiga
(L. Cohen. La llama. Poemas. Letras de las canciones. Cuadernos. Dibujos. Trad. del inglés Alberto Manzano Lizandra con la colaboración de Terry Berne. Barcelona: Ediciones Salamandra, 2018)