Fogwill

Mayo francés

El frívolo
Tic de la noche.

Miren cómo ilumino
y me hundo y me apago
en el desprecio.

El desencanto es esa música
que me acompaña.

Algo arde todavía:
niños fuegos el odio
aún no derramado.

El camino del cisne

Saludo a la armonía que surge del reconocimiento del espejismo
del orden, del espejismo de la armonía.

Un logro. Puedo canjear mi vida por un logro; mi corazón
por un efecto nítido sobre mi corazón.

Hay sol, abundancia de sol y grandes simuladores de la
alegría suceden con frecuencia. Hay un arte de sostener
indefinidamente, a la altura de los ojos, la desazón,
la displicencia y aun el asombro del goce reiterado de
la desazón.

Varado en un poema por años.

Saludos a esa áspera señora dentro de mí que insiste con su
show.

Hay un arte de sostener por horas cierto registro de la voz que
persevera en reflejar la opacidad, la opacidad del día a pesar
de todo.

Varado en una gama, en un tic, por años.

Hay un arte para la clasificación y el cotejo de las pruebas
del que resulta un orden arbitrario que da lugar a imágenes
de orden en el consumidor desprevenido.

El señor Fogwill, delgado, en el espejo

Una vez más ha despertado flaco, Fogwill.

Se siente más liviano y delgado.
Lo verifica en el espejo del cuarto de baño:
pasan los años y uno adelgaza”, piensa.

Podría engordar.
Pero hay un ánimo delgado, enclenque
que esta mañana le compete.

El sueño del amor
sería una mujer
con quien adelgazasen juntos, graduales
hasta el momento del final.

Pero la vida es otra cosa.

El señor Fogwill preferiría saber
qué es esa cosa.

Aunque no hay cosa, piensa
que quizás no haya cosas y que la vida
no existiría si él no engordase, adelgazase o padeciera
cambios imaginarios de ánimo
como el de esta mañana.

Métrica

A la hora del té, si oye el sonido
té, ve una tacita
en el centro del verso
y a derecha e izquierda
la simetría bilateral
de dos manos
que dividen el día
en grupos
de cinco sílabas.

Horas endecasílabas del té.
Horas en punto de la tarde.
Horas a punto de escaparse
por el vacío de la frase
que descubre
una memoria de té y de madre
en la lengua materna.

(Fogwill. Poesía completa. México: Alfaguara, 2017)