Poesía Quechua

Canción

Hermosa flor eres tú
Punzante espina soy yo.
Tú eres ventura hecha vida
Pensar que cunde soy yo.

Tú eres virginal paloma,
Odiosa mosca soy yo.
Luna de nieve eres tú,
Noche de pena soy yo.

Tú eres árbol fruncido.
Carcomido tronco yo.
Tú eres mi sol, mi sol eres,
Noche de pesar soy yo.

Tú eres vida de mi vida,
Eres amor de mi amor.
Alfombra a tus pies tendida
Seré eternamente yo.

Blando helecho que despliega
Su traje de verde nuevo;
Vestida de blanco, eres
La estrella de mi mañana.

Blanca nube, la más leve,
Clara fuente de agua pura,
Tú serás mi dulce engaño,
Yo seré tu oscura sombra.

Tijsi Viracocha

Dios, origen del Universo,
Creador de todo,
Oro que arde tan sólo entre la noche
Del corazón.

Que la alegría de tus ojos
Venga en el alba,
Que el calor de tu aliento
Venga en el viento.

Que tu mano magnánima
Siempre se extienda
Y que tu sempiterna voluntad
Sea la única que florezca.

Qhashawa

Llegará la hora de alegrar a nuestro Inca.
Danzaremos con él bajo la luna llena.
La más dulce canción entonaremos.
Llegará la hora de danzar con nuestro Inca.

Entre tanto, mi tuya, mi paloma de oro,
No tengas miedo de la luna llena.
Reunámonos en el florido prado
Para jugar bajo la estrella de oro.

Arawi

Morena mía,
Morena,
Tierno manjar, sonrisa
Del agua,
Tu corazón no sabe
De penas
Y no saben de lágrimas
Tus ojos.

Porque eres la mujer más bella,
Porque eres reina mía,
Porque eres mi princesa,
Dejo que el agua del amor
Me arrastre en su corriente,
Dejo que la tormenta
De la pasión me empuje
Allí donde he de ver la manta
Que ciñe tus hombros
Y la saya resuelta
Que a tus muslos se abraza.

Cuando es de día, ya no puede
Llegar la noche;
De noche, el sueño me abandona
Y la aurora no llega.

Tú, reina mía,
Señora mía,
¿Ya no querrás
Pensar en mí
Cuando el león y el zorro
Vengan a devorarme
En esta cárcel,
Ni cuando sepas
Que condenado estoy
A no salir de aquí, señora mía?

(Jesús Lara. La poesía quechua. México: FCE, 1979)